¿Qué es?

El recto comprende las últimas pulgadas del intestino grueso. Comienza en el extremo del segmento final del colon y termina en el conducto estrecho y corto que llega al ano.

El cáncer dentro del recto (cáncer de recto) y el cáncer dentro del colon (cáncer de colon) se suelen denominar conjuntamente «cáncer colorrectal».

A pesar de que el cáncer de colon y el de recto son similares en varios aspectos, sus tratamientos son bastante diferentes. Esto se debe principalmente a que el recto está ubicado en un lugar estrecho, apenas separado de otros órganos y estructuras de la cavidad pélvica. Por eso, una extracción quirúrgica completa del cáncer de recto es difícil y muy compleja. A menudo, se necesita un tratamiento adicional antes o después de la cirugía, o ambos, para reducir la posibilidad de que el cáncer reaparezca.

En el pasado, no era frecuente la supervivencia a largo plazo de las personas que sufrían cáncer de recto, incluso después de un tratamiento prolongado. Gracias a los avances en los tratamientos de los últimos 30 años, el cáncer de recto hoy se puede curar en muchos casos.

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Los síntomas frecuentes son los siguientes:

  • Un cambio en tus hábitos intestinales, como diarrea, estreñimiento o evacuaciones intestinales más frecuentes
  • Sangre roja u oscura en las heces
  • Mucosidad en heces
  • Heces delgadas
  • Dolor abdominal
  • Movimientos intestinales dolorosos
  • Anemia por deficiencia de hierro
  • Sensación de que no vaciaste por completo los intestinos
  • Adelgazamiento sin causa aparente
  • Debilidad o fatiga

Cuándo consultar al médico

Pide una consulta con el médico si tienes síntomas que sugieran cáncer rectal, en particular, sangre en las heces o adelgazamiento sin causa aparente.

El cáncer de recto aparece cuando las células sanas del recto presentan errores en su ADN. En la mayoría de los casos, la causa de esos errores es desconocida.

Las células sanas crecen y se dividen de manera ordenada para mantener el funcionamiento normal del cuerpo. Sin embargo, cuando el ADN de una célula se daña y se vuelve canceroso, las células continúan dividiéndose, incluso si no se necesitan células nuevas. A medida que las células se acumulan, forman un tumor.

Con el tiempo, las células cancerosas pueden crecer e invadir y destruir el tejido normal de alrededor. Además, las células cancerosas pueden viajar a otras partes del cuerpo.

Mutaciones genéticas heredadas que aumentan el riesgo de contraer cáncer de colon o de recto

En algunas familias, ciertas mutaciones genéticas que se transmiten de padres a hijos pueden aumentar el riesgo de contraer cáncer colorrectal. Estas mutaciones solo influyen en un pequeño porcentaje de los casos de cáncer de recto. Algunos genes vinculados con el cáncer de recto aumentan el riesgo de que una persona padezca la enfermedad, pero no hacen que sea inevitable.

Dos síndromes de cáncer colorrectal genéticamente bien definidos son:

  • Cáncer colorrectal hereditario no poliposo.Este síndrome, también denominado «síndrome de Lynch», aumenta el riesgo de contraer cáncer de colon y otros tipos de cáncer. Las personas que tienen cáncer colorrectal hereditario no poliposo suelen padecer cáncer de colon antes de cumplir 50 años.
  • Poliposis adenomatosa hereditaria.La poliposis adenomatosa hereditaria es un trastorno poco frecuente que hace aparecer miles de pólipos en el revestimiento del colon y el recto. Las personas que sufren esta afección y no buscan tratamiento tienen un riesgo mucho mayor de padecer cáncer de colon o recto antes de cumplir 40 años.

La poliposis adenomatosa hereditaria, el cáncer colorrectal hereditario no poliposo y otros síndromes de cáncer colorrectal hereditarios menos frecuentes pueden detectarse mediante análisis genéticos. Si te preocupan tus antecedentes familiares de cáncer de colon, pregúntale al médico si esos antecedentes sugieren que tienes riesgo de padecer esas afecciones.

Las características y los factores relacionados con el estilo de vida que aumentan el riesgo de padecer cáncer de recto son los mismos que aumentan el riesgo de tener cáncer de colon. Algunos de ellos son:

  • Edad avanzada.La gran mayoría de las personas con diagnóstico de cáncer de colon y recto tienen más de 50 años. El cáncer colorrectal puede producirse en personas más jóvenes, pero con una frecuencia mucho menor.
  • Origen afroamericano.Las personas de ascendencia africana nacidas en los Estados Unidos tienen mayor riesgo de padecer cáncer colorrectal que las personas de ascendencia europea.
  • Antecedentes personales de cáncer colorrectal o pólipos.Si ya tuviste cáncer de recto, cáncer de colon o pólipos adenomatosos, tienes un mayor riesgo de padecer cáncer colorrectal en el futuro.
  • Enfermedad intestinal inflamatoria.Las enfermedades inflamatorias crónicas del colon y el recto, como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn, aumentan el riesgo de padecer cáncer colorrectal.
  • Síndromes heredados que aumentan el riesgo de sufrir cáncer colorrectal.Los síndromes genéticos transmitidos a través de las generaciones de tu familia pueden aumentar el riesgo de tener cáncer colorrectal. Estos síndromes comprenden la poliposis adenomatosa familiar y el cáncer colorrectal hereditario no poliposo.
  • Antecedentes familiares de cáncer colorrectal.Tienes más posibilidades de contraer cáncer colorrectal si tienes un padre, hermanos o hijos con esta enfermedad. Si más de un miembro de tu familia tiene cáncer de colon o de recto, el riesgo es aún mayor.
  • Factores dietarios.El cáncer colorrectal puede estar relacionado con una dieta baja en vegetales y alta en carnes rojas, especialmente cuando la carne está muy cocida o bien cocida.
  • Un estilo de vida sedentario.Si eres inactivo, es más probable que contraigas cáncer colorrectal. Realizar actividad física de forma regular puede reducir el riesgo de padecer cáncer de colon.
  • Las personas con diabetes tipo 2 mal controlada y resistencia a la insulina pueden correr un mayor riesgo de padecer cáncer colorrectal.
  • Las personas obesas presentan un mayor riesgo de tener cáncer colorrectal y de morir a causa del cáncer de colon o de recto en comparación con las personas cuyo peso se considera normal.
  • Las personas que fuman pueden correr un mayor riesgo de padecer cáncer de colon.
  • Beber en forma regular más de tres bebidas alcohólicas por semana puede aumentar el riesgo de padecer cáncer colorrectal.
  • Radioterapia para casos de cáncer previos.La radioterapia dirigida al abdomen para tratar casos de cáncer previos puede aumentar el riesgo de padecer cáncer colorrectal.

Habla con el médico acerca de cuándo deberías comenzar a realizarte análisis para la detección de cáncer colorrectal. Por lo general, las pautas recomiendan comenzar con el primer análisis para la detección de cáncer colorrectal a los 50 años de edad. El médico te puede recomendar que comiences a realizarte análisis para la detección a una edad más temprana o con mayor frecuencia si tienes otros factores de riesgo, como antecedentes familiares de cáncer de colon o cáncer de recto.

El examen para la detección más preciso es la colonoscopia. En esta prueba, un médico examina el revestimiento del recto y el intestino grueso mediante la utilización de un tubo largo y flexible con una pequeña cámara de video en un extremo (colonoscopio). El colonoscopio se inserta en el ano y se pasa hacia el recto y el colon. A medida que la cámara del colonoscopio se mueve por el intestino, envía un video del revestimiento del colon y el recto a un monitor que mira el médico. Si se descubre un pólipo o una zona de tejido sospechosa, el médico también puede tomar muestras de tejido de estas zonas con instrumentos que se insertan en el colonoscopio.

El cáncer de recto suele diagnosticarse cuando un médico solicita pruebas para detectar la causa de un sangrado rectal o de anemia por insuficiencia de hierro. La colonoscopia es la más precisa de estas pruebas. En una colonoscopia, el médico utiliza un tubo delgado, flexible e iluminado con una cámara de video en el extremo (un «colonoscopio») para examinar el interior del colon y el recto.

A veces, el cáncer de recto no provoca síntomas evidentes. Las personas que no tienen síntomas pueden enterarse de que tienen cáncer de recto al someterse a una colonoscopia de detección, que es una colonoscopia que se recomienda a todas las personas con un riesgo promedio de sufrir cáncer colorrectal a los 50 años de edad.

Por lo general, es posible extraer pequeñas muestras de tejido (biopsias) de las zonas con aspecto sospechoso durante una colonoscopia. Los análisis de laboratorio de este tejido contribuyen a arribar a un diagnóstico.

Estadificación del cáncer de recto

Una vez que se diagnostica cáncer de recto, el siguiente paso consiste en determinar su extensión (estadio). La estadificación ayuda a orientar las decisiones sobre los tratamientos más adecuados para ti. Los análisis de sangre y las pruebas de diagnóstico por imágenes que se indican a continuación se utilizan para la estadificación del cáncer de recto:

  • Hemograma completo.Este análisis determina las cantidades de diferentes tipos de células en la sangre. Un hemograma completo indica si el recuento de glóbulos rojos es bajo (anemia), lo que indica que un tumor está provocando una hemorragia. Un nivel elevado de glóbulos blancos es un signo de infección, lo que representa un riesgo si un tumor rectal crece a través de la pared del recto.
  • Antígeno carcinoembrionario.A veces, el cáncer produce sustancias llamadas «marcadores tumorales» que pueden detectarse en la sangre. Uno de estos marcadores, el antígeno carcinoembrionario, puede ser más elevado de lo normal en las personas con cáncer colorrectal. La prueba del antígeno carcinoembrionario resulta particularmente útil para el control de la respuesta al tratamiento.
  • Análisis químico.Esta prueba mide la cantidad de sustancias químicas en la sangre. Los niveles anormales de algunas de estas sustancias químicas pueden indicar que el cáncer se ha diseminado al hígado. Los niveles elevados de otras sustancias químicas pueden indicar problemas en otros órganos, como los riñones.
  • Tomografía computarizada (TC) del tórax.Esta prueba de diagnóstico por imágenes ayuda a determinar si el cáncer de recto se ha diseminado a otros órganos, como el hígado y los pulmones.
  • Resonancia magnética (RM) de la pelvis.La resonancia magnética brinda una imagen detallada de los músculos, los órganos y otros tejidos que rodean el tumor en el recto. La resonancia magnética también muestra los ganglios linfáticos cerca del recto y las diferentes capas de tejido de la pared del recto.

Estadios del cáncer rectal

Los casos de cáncer rectal se pueden clasificar dentro de cinco estadios posibles (estadio 0 a estadio 4). A continuación se describen los estadios en forma simplificada:

  • Estadio 0.Células cancerosas sobre la superficie del revestimiento del recto (mucosa), a veces dentro de un pólipo
  • Estadio I.Tumor que se extiende por debajo de la mucosa rectal y, algunas veces, penetra en el interior de la pared rectal
  • Estadio II.Tumor que se extiende hacia el interior de la pared rectal o la atraviesa, y a veces alcanza y crece en los tejidos próximos al recto o se adhiere a ellos
  • Estadio III.Tumor que invade los ganglios linfáticos cercanos al recto, así como las estructuras y tejidos que se encuentran fuera de la pared rectal
  • Estadio IV.El tumor se disemina a un órgano distante o a ganglios linfáticos alejados del recto

La estadificación también implica analizar una muestra de tejido extraída del tumor (una biopsia) para determinar el grado del tumor. Los tumores de grado bajo tienden a crecer o diseminarse lentamente. Por el contrario, los tumores de grado alto crecen y se diseminan rápido, por lo que necesitan tratamientos más intensos.

El cáncer rectal suele requerir más de un tipo (una modalidad) de tratamiento; este enfoque se denomina «terapia multimodal». En general, las modalidades de tratamiento que se utilizan en el cáncer rectal son las mismas que las utilizadas para otros tipos de cáncer. Estas son:

  • Cirugíapara extirpar el tumor.
  • Quimioterapia,que suele consistir en dos o más medicamentos dirigidos a las células cancerosas. En las personas que padecen cáncer rectal, la quimioterapia se suele administrar junto con la radioterapia, antes de la cirugía o después de esta.
  • Radioterapia,que utiliza haces de alta potencia, como los rayos X, para destruir las células cancerosas.

Un oncologo analizará todas tus opciones de tratamiento y te guiarán hacia el enfoque que se adapta mejor a tus necesidades y metas. El equipo de atención médica cuenta con los conocimientos y recursos necesarios para brindarte exactamente la atención que necesitas.

Los cirujanos oncologos de colon y recto acumulan experiencia en el tratamiento de grandes cantidades de pacientes que padecen cáncer de colon. Se especializan en la extirpación (resección) de tumores complejos que afecta a distintos órganos y estructuras del abdomen y la pelvis.

Cirugía

Tus opciones quirúrgicas dependen de una cantidad de factores, incluso los siguientes:

  • El estadio y el grado del cáncer
  • El lugar del recto en el que se encuentra el tumor
  • El tamaño del tumor
  • Tu edad
  • Tu salud general
  • Tu historia clínica
  • Tus preferencias después de conocer los diferentes procedimientos

Algunos de los procedimientos que se usan frecuentemente para tratar el cáncer de recto son los siguientes:

  • Resección abdominoperineal con colostomía terminal
    La resección abdominoperineal ofrece la mejor oportunidad para curar tumores de recto ubicados extremadamente cerca del esfínter anal. Cuando el cáncer se encuentra en este sitio, el cirujano tiene que extraer tanto el tumor como el esfínter. De lo contrario, no es posible tomar un margen de tejido sano alrededor del tumor y los márgenes limpios o sanos reducen el riesgo de que reaparezca el cáncer.

Después de una resección abdominoperineal, no es posible que las heces se evacúen por el ano. Una colostomía terminal conecta el extremo del colon que estaba unido al recto antes de la resección abdominoperineal a una abertura quirúrgica (estoma) en la parte inferior del abdomen. Las heces pasan a una bolsa removible ubicada sobre el estoma.

  • Anastomosis colorrectal
    Este procedimiento de preservación de esfínter puede ser una opción de cirugía de cáncer de recto si el tumor mide por lo menos 0,39 pulgadas (1 centímetro) y se encuentra en la parte superior del esfínter anal. El cirujano extrae todo el recto y una cantidad suficiente del tejido circundante para obtener márgenes limpios. Luego, con el extremo restante del colon se forma una bolsa que se conecta al colon. Como alternativa, el extremo del colon se puede conectar directamente al ano.
  • Resección anterior baja
    Este procedimiento, que también deja el ano intacto, se puede realizar si el tumor se encuentra en la parte superior el recto. El cirujano extrae el tumor y un margen de tejido sano circundante, y deja la parte inferior del recto. Luego, se une el extremo del colon a la sección restante del recto.
  • Escisión local
    Mediante la escisión local se extrae el tumor del recto, junto con un margen de tejido saludable y la sección de la pared rectal que se encuentra debajo del tumor. Esta técnica, generalmente, se reserva para tipos de cáncer de recto pequeños en estadio I, después de que una biopsia demuestre que es poco probable que el tumor se extienda o reaparezca.

A diferencia de los otros procedimientos mencionados, la escisión local no incluye la extracción del ganglio linfático. En cambio, el tejido extraído se examina en un laboratorio para asegurarse de que el tumor no tenga características que sugieran un cáncer que está más avanzado que lo previsto. Si se encuentra alguna de estas características, es posible que sea necesaria una operación estándar.

  • Cirugía más extensa
    Las personas con cáncer de recto asociado con la enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa o con una predisposición genética al cáncer colorrectal, generalmente, necesitan una cirugía que es más extensa que los procedimientos descritos. También es necesario realizar quimioterapia antes o después de la cirugía.
  • Radioterapia intraoperatoria (IORT).Los oncólogos radioterapeutas del recinto médico de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota, introdujeron y refinaron la IORT en las últimas décadas. Un oncólogo radioterapeuta administra la IORT durante la cirugía de cáncer de recto, después de que el equipo quirúrgico haya resecado el tumor primario. El tratamiento consiste en una sola dosis alta de radiación enfocada directamente en el sitio del tumor original antes de que se cierre el abdomen. El enfoque estricto del haz de radiación, junto con la colocación cuidadosa de los escudos de radiación, protege a los órganos cercanos del daño de la radiación.

La función principal del tratamiento es reducir la probabilidad de recurrencia del cáncer cuando el cirujano no puede extraer la cantidad óptima de tejido sano alrededor del tumor. IORT se utiliza para tratar el cáncer rectal avanzado, así como algunos casos de cáncer rectal recurrente.

  • Cirugía mínimamente invasiva.Durante la cirugía mínimamente invasiva (laparoscópica) del cáncer rectal, se practican varias incisiones pequeñas en el abdomen. A través de las incisiones se insertan herramientas especiales y una cámara, lo que permite al cirujano extraer el cáncer rectal sin necesidad de abrir una incisión de gran tamaño.
  • Cirugía robótica. Durante la cirugía robótica, el cirujano se sienta en una consola y guía las herramientas quirúrgicas de alta tecnología mediante controles. La cirugía robótica tiene la ventaja de que facilita el trabajo del cirujano en espacios reducidos y le permite una vista ampliada del área donde se lleva a cabo la operación.

Terapia de combinación

El tratamiento estándar para los tipos de cáncer rectal en estadio II y estadio III consiste en una combinación de quimioterapia y radiación (quimiorradioterapia) administrada antes de la cirugía (preoperatoria). Este enfoque también es una opción para tratar algunos tipos de cáncer rectal de estadio I con un alto riesgo de recurrencia.

Los beneficios de la quimiorradioterapia preoperatoria comprenden los siguientes:

  • Mejor respuesta a la radiación debido al efecto de la quimioterapia en las células cancerosas
  • Reducción del tamaño del tumor
  • Reducción del estadio del cáncer en algunos casos
  • Mejores probabilidades de que la cirugía deje intacta la zona anal (cirugía de preservación del esfínter)
  • Menor riesgo de recurrencia del cáncer

El período usual entre la quimiorradioterapia preoperatoria y la cirugía es de aproximadamente seis semanas. Después de la cirugía, la mayoría de las personas reciben quimioterapia adicional para destruir todas las células cancerosas remanentes.

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