HEPATECTOMÍA

La hepatectomía es la resección quirúrgica del hígado. Si bien el término se emplea a menudo para extraer el hígado de un donante de trasplante de hígado, este artículo se centrará en las resecciones parciales de tejido hepático y hepatoportoenterostomía.

Hepatectomía parcial

La cirugía que se realiza para extirpar parte del hígado se llama hepatectomía parcial. Esta operación se considera en caso de un solo tumor que no ha crecido hacia los vasos sanguíneos. Es sólo una opción en pacientes con buena función hepática que son lo suficientemente saludables como para someterse a la cirugía. Desafortunadamente, la mayoría de los cánceres de hígado no pueden ser extirpados completamente. A menudo, el cáncer se encuentra en demasiadas partes diferentes del hígado, es demasiado grande, o se ha propagado más allá de este órgano.

EN PACIENTES CON CIRROSIS

Muchos de los pacientes con cáncer de hígado también padecen cirrosis. En alguien con cirrosis grave, la extirpación de incluso una pequeña cantidad de tejido del hígado en los bordes de un cáncer, podría no dejar suficiente hígado como para desempeñar las funciones esenciales.

Las personas con cirrosis son elegibles para cirugía sólo si su cáncer es pequeño, y siguen teniendo una cantidad razonable de la función del hígado.

Posibles riesgos y efectos secundarios

La resección del hígado es una operación mayor que sólo debe ser realizada por cirujanos con experiencia y entrenamiento. Debido a que las personas con cáncer de hígado usualmente presentan otros problemas hepáticos además del cáncer, los cirujanos tienen que remover suficiente hígado para tratar de eliminar todo el cáncer y a la vez dejar suficiente hígado para su función adecuada.

Una gran cantidad de sangre pasa a través del hígado, y una hemorragia después de la cirugía es una preocupación mayor. Además de esto, el hígado normalmente produce sustancias que fomentan la coagulación sanguínea (mecanismo del cuerpo para detener un sangrado). El daño al hígado (tanto antes de la cirugía como durante la cirugía en sí) puede contribuir a problemas potenciales de sangrado.

Otros posibles problemas son similares a los que se observan en otras cirugías mayores y puede incluir infecciones, complicaciones a causa de la anestesia, coágulos sanguíneos y pulmonía.

Otra preocupación consiste en que algunas veces se puede presentar otro cáncer de hígado después, debido a que el hígado aún contiene la enfermedad subyacente que condujo al primer cáncer.

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